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biancamaria frabotta. la casa del estudiante

La casa del estudiante


Había apenas cerrado los ojos sobre el libro
-sentía aún su peso sobre el pecho-
en la leve brisa de la duermevela
se estremecían las hojitas del mirto
por el enjambre que subía de la tierra
pero él no le hacía caso. Demasiado
el pensamiento de la prueba inminente
lo embargaba y no temía otra cosa
su joven edad, que siente todo amigable.
Soñaba la patria artificial de la infancia.
Soñaba, con una piedra sobre el pecho,
la última palabra que había leído.


Con qué gentileza se asoma entre las vigas
la mano, blanca de polvo. Que alguno
me consuele. Con el brazo, con el agua,
con la luz, en su cuarto, por todas partes
buscando, hurgando, apartando las piedras.
Me verán finalmente en el vientre de la tierra.
Si miramos atentos, Haití está debajo de Haití,
cauto, para no quemar oxígeno.
De la luz del video, de su tedio,
nos deshilachamos hacia la laboriosa mañana,
en el escándalo del aire superfluo.



Un infierno nuclear sacude la estrella
que entibia nuestro pesebre.
La mitad del combustible se ha gastado.
Qué será de la Madonna de Pedro
ya próxima a parir, del dios
escondido en su vientre, a la izquierda
del que mira, más allá de las tiendas
alzadas con industriosa indiferencia, qué
será de los dos ángeles servidores.
Parecen todos tan jóvenes.
Custodios de una espera ya
sabiamente inatendible
cada uno testimonio de sí mismo.


Biancamaria Frabotta, Roma, 1946
De Por manos mortales, ‘II Los nuevos climas’ (Gog y Magog, aun inédito)
Traducción de Jorge Aulicino

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sandro penna. la rima fácil, la vida difícil

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La rima fácil, la vida difícil

Mi vida se empaña, y después que llueve
bajo al túnel húmedo donde no llueve.
Entre gente común que el paso mueve
hacia cosas comunes también me muevo
en un mundo de objetos que no son nuevos.
Más común que los otros, no sé qué mueve
ni a dónde mi paso tardo y no deseo
verme aquí a mí mismo después que llueve.
Apuntar sabe al instante a mi deseo
una mirada rápida que aunque se aleja
lo despierta en el acto – y ahí lo deja.
En vano la busco en un mundo arcano,
universo antiguo que fue cercano.
Cuando ya no pensaba en esas cosas
retumbó bajo el túnel una dichosa
voz que se impuso a toda otra cosa.
Era un saludo póstumo y lejano,
póstumo en mi corazón, no lejano
en el túnel del breve trayecto humano.

Sandro Penna , Perugia, 1906-Roma, 1977

Versión de Jorge Aulicino
La rima facile, la vita difficile 

La mia vita si appanna, e poi che piove
scelgo il passaggio sotto il tunnel dove
tutto è molliccio, ma però non piove.
Qui tra la gente solita, che muove
il passo verso le solite cose
anch’io mi muovo tra cose non nuove.
Più comune degli altri, non so dove
muove il mio passo stanco, che non vuole
tale apparire a se stesso ed altrove.
Quando a un tratto uno sguardo che sa dove
del mio corpo dirigersi e non vuole
nú sveglia in un baleno – ed è già altrove.
Invano io lo ricerco entro un antico
universo che mi era un giorno amico.
Quando più non pensavo a questa cosa
rintronò sotto il tunnel una gioiosa
voce che sovrastava ogni altra cosa.
Era un saluto postumo e lontano
postumo nel mio cuore, non lontano
nel tunnel più di un breve tratto umano.

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eugenio montale. el clou



El Clou

Sin duda las Parcas han hilado
el estambre y recogen
los cabos de nuestras vidas.
Pero de los confines
entre finito e infinito, y del espacio
que nos separa del abismo,
desconocemos todo.
Metidos en un envoltorio,
cerrados hasta el cuello,
nada regresa, salvo
quizá el recuerdo. El clou
no es aquí abajo -tú dices-
sino en lo que sigue, en lo eterno,
hay metamorfosis, no metempsicosis.
Ratio ultima rerum… id est deus.
Y fue así que tu hablar
temeroso y ardiente
me convirtió sin más de ateo en creyente.

Eugenio Montale, Génova, 1896-Milán, 1981

en Poesía completa, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, Barcelona, octubre 2006
traducción Fabio Morábito
 Il Clou

Certo le Parche han filato
lo stame e addugliano
i cavi delle nostre vite.
Ma dei confini tra finito
e infinito, e dello spazio
che ci separa del baratro,
non ne sappiamo niente.
Siamo dentro un involucro
serrati fino al collo
e nulla torna, se non forse
il ricordo. Il clou
non è quaggiù -tu dici-
è il prosieguo, l’eterno,
v’è metamorfosi non metempsicosi. 
Ratio ultima rerum… id est deus.
E fu così che il tuo parlare
timoroso e ardente, mi rese
in breve da ateo credente.

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cesare pavese. después



Después

La colina está tendida y la lluvia empapa en silencio.

Llueve sobre las casas: la breve ventana
se llenó de un verde más fresco y más desnuco.
La compañera estaba tendida conmigo: la ventana
estaba vacía, nadie miraba, estábamos desnudos.
Su cuerpo secreto camina a esta hora por la calle,
con su paso, pero el ritmo es más blando; la lluvia
desciende con ese paso, tenue y fatigada.
La compañera no ve la muda colina
amodorrada en la humedad: va por la calle
y la gente que la choca no sabe.

Hacia la noche,
la colina es recorrida por retazos de niebla,
la ventana recibe también ese aliento. La calle
a esta hora está desierta; la solitaria colina
tiene una vida remota en el cuerpo más oscuro.
Yacíamos fatigados en la humedad
de dos cuerpos, amodorrados uno sobre el otro.

Una tarde más dulce, de sol tibio
y de colores frescos, la calle sería una gloria.
Es una gloria caminar por la calle, gozando
un rcuerdo del cuerpo, todo difuso alrededor.

En las hojas de las avenidas, en el paso indolente de las mujeres,
en las voces de todos, hay un poco de la vida
que los dos cuerpos han olvidado, pero que es un milagro.
Como descubrir abajo, en el fondo de un camino, la colina
entre las casas, y mirarla y pensar que conmigo
la compañera la mira desde la breve ventana.
En la oscuridad se ha hundido la desnuda colina
y la lluvia murmura. No está la compañera
que se ha llevado su cuerpo dulce y la sonrisa.
Pero mañana bajo el cielo lavado del alba
la compañera saldrá por las calles, tenue
por su paso. Podremos encontrarnos, queriendo.

Cesare Pavese, Santo Stefano Belbo, 1908 – Turín, 1950
en Cesare Pavese, Trabajar cansa, Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, Buenos Aires 2018, coedición de Cartofrafías, Ediciones del Dock, GriseldaGarcíaEditora
Traducción y prólogo de Jorge Aulicino

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cesare pavese. the cats will know



The cats will know

Aún caerá la lluvia
sobre dulces empedrados,
una lluvia ligera
como un hálito o un paso.
Aún la brisa y el alba
florecerán ligeras
como bajo tu paso,
y tú regresarás.
Entre flores y alfeizares,
los gatos lo sabrán.

Llegarán otros días,
llegarán otras voces.
Sonreirás sola.
Los gatos lo sabrán.
Oirás viejas palabras,
vanas y cansadas
como vestidos usados
de las fiestas pasadas.

Tú también harás gestos.
Responderás palabras;
rostro de primavera,
tú también harás gestos.

Los gatos lo sabrán,
rostro de primavera,
y la lluvia ligera,
el alba de jacinto,
que el corazón lacera
de quien no te espera,
son la triste sonrisa
que tú sonríes sola,
Llegarán otros días,
voces y despertares.
Sufriremos al alba,
rostro de primavera.

                                    10 de abril 1950

Cesare Pavese, Santo Stefano Belbo, 1908- Turín, 1950

De  Verrà la morte e avrà i tuoi occhi, Poesie, Mondadori, Milán, 1969
Versión de Jorge Aulicino

The cats will know

Ancora cadrà la pioggia
sui tuoi dolci selciati,
una pioggia leggera
come un alito o un passo.
Ancora la brezza e l’alba
fioriranno leggere
come sotto il tuo passo,
quando tu rientrerai.
Tra fiori e davanzali
i gatti lo sapranno.

Ci saranno altri giorni,
si saranno altre voci.
Sorriderai da sola.
I gatti lo sapranno.
Udrai parole antiche,
parole stanche e vane
come i costumi smessi
delle feste di ieri.

Farai gesti anche tu.
Risponderai parole –
viso di primavera,
farai gesti anche tu.

I gatti lo sapranno,
viso di primavera;
e la pioggia leggera,
l’alba color giacinto,
che dilaniano il cuore
di chi più non ti spera,
sono il triste sorriso
che sorridi da sola.
Ci saranno altri giorni,
altre voci e risvegli.
Soffrieremo nell’alba,
viso di primavera.

                                    10 aprile 1950

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guido cavalcanti. rimas [XXXIV]

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12 [XXXIV]
Somos las tristes plumas asustadas,
las tijeritas, el cuchillín doliente,
que hemos escrito dolorosamente
esas palabras que vos habéis oído.
Y queremos decir por qué partimos
y hemos llegado a vos aquí presente:
la mano que nos movió dice que siente
la duda que en el corazón ha aparecido;
que de forma tal lo ha destruido
y lo puso tan cerca de la muerte
que otra cosa no tiene que suspiros.
Llegamos a vos para rogaros
queráis ponernos al abrigo
si aun queda piedad por inspiraros.


Guido Cavalcanti, Florencia, 1255-1300
de Rimas de Guido Cavalcanti, Primera edición: Selecciones de Amadeo Mandarino, Buenos Aires, 2006
Versiones de J. R. Aulicino



12 [XXXIV]
Noi siàn le triste penne isbigotite,
le cesoiuzze e ‘l coltellin dolente
ch’avemo scritte dolorosamente
quelle parole che vo’ avete udite.

Or vi diciàn perché noi siàn partite
e siàn venute a voi qui di presente:
la man che ci movea dice che sente
cose dubbiose nel core apparite,

le quali hanno destrutto sì costui
ed hanno ‘l posto sì presso a la morte,
ch’altro non n’è rimaso, che sospiri.

Or vi preghiàn quanto possiàn più forte
che non sdegniate di tenerci nui,
tanto ch’un poco di pietà vi miri.

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claudio pagelli. tiempos modernos

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Tiempos modernos

Me arden los ojos pero está bien así
he traducido por horas del inglés al italiano
un librito para niños – pocos oropeles, cero esdrújulos –
y unos centavos tipo rembolso de gastos
o por ahí. El hecho es que por ahí
se cae justo en la boca de una nada,
en un nano-abismo que sádicamente mina la autoestima.
(por traductor o poeta que uno sea
o que por sí pretenda ser)
la piel de las manos tensa y seca,
pocas migajas de gloria esperan
el encuentro con un hambre más grande.

Claudio Pagelli, Como, Lombardía. 1975
de Papez, L’arcolaio, Gian Franco Fabbri, Forlì, 2011
Traducción de Diego Tapia
en Periódico de Poesía

Tempi moderni


Mi bruciano gli occhi ma va bene così
ho tradotto per ore dall’inglese all’italiano
un libretto per bambini – pochi fronzoli, zero sdruccioli –
e quattro soldi tipo rimborso spese
o giù di lì. il fatto è che giù di lì
si cade proprio in bocca ad un niente,
ad un nano-abisso che sadicamente mina l’autostima.
(traduttore o poeta che uno sia
o che pretenda da sé d’essere)
la pelle delle mani tirata e asciutta,
poche briciole di gloria attendono
l’incontro di una fame più grande.

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pier paolo pasolini. la mano que tiembla















La mano que tiembla

Por naturaleza estoy dentro de la pelea,
por edad estoy fuera de ella-
la ambigüedad está ratificada por la relación ambigua
entre contigüidad y semejanza – ¡gracias, viejo Jakobson!,
que no por nada te fundas no sólo en Poe, sino en Valéry –
pongamos un poco de oscuridad, él de hecho decía –
y es lo que hago cuando sonrío como quien está fuera de la pelea,
Y VICEVERSA -y es lo que hago cuando diciendo cosas claras
«les meto oscuridad» y, naturalmente, VICEVERSA –
pero nadie olvida que, como las fábulas,
también las estructuras tienden a repetirse, a no cambiar
y si una corriente literaria ha sido reccionaria,
ésa ha sido el simbolismo, sin embargo…
l’exitation prolonguée entre les sens e le son
quien está fuera de la pelea es, se entiende, un poco reaccionario,
pero también quien está dentro lo es; un poco reaccionario es
quien es claro,
con todas sus comas, y quien ayuda a la natural ambigüedad
creando adrede los obstáculos. ¿Por qué no decirlo?

Pier Paolo Pasolini, Bolonia, 1922- Ostia, 1975
de Transhumanar y organizar
en Nada Personal, Poesía política de Pier Paolo Pasolini, Selección, versiones, prólogo y notas de Jorge Aulicino, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2016

imagen Unesco PDF

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pier paolo pasolini. versos del testamento














Versos del testamento

La soledad: hay que ser muy fuerte
para amar la soledad; hay que tener buenas piernas
y una resistencia fuera de lo común; hay que evitar
los resfríos, la influenza y la gota; no se debe temer
a rapiñadores y asesinos; si toca caminar 
toda la tarde o quizá toda la noche,
hay que saber hacerlo sin pensar mucho; sentarse no se puede,
especialemente en invierno, con el viento sobre la hierba mojada
y con las piedras entre la basura, húmedas y fangosas;
no hay ninguna gratificación, de eso n hay duda,
salvo la de tener por delante un día y una noche
sin deberes o límites de ningún género.

El sexo es un pretexto. Por muchos que sean los encuentros
-incluso en invierno, por las calles abandonadas al viento,
entre las  pilas de basura contra los edificios lejanos,
suelen ser muchos- no son sino momentos de soledad;
cuanto más caliente y vivo es el cuerpo gentil
que unge de semen y se va,
más frío y mortal alrededor es el dilecto desierto;
es éste quien llena de alegría, como un viento milagroso,
no la sonrisa inocente o la turbia prepotencia
del que después se va; él se lleva una juventud
enormemente joven, en esto es inhumano,
porque no deja rastros, o mejor, deja sólo una traza
que es siempre la misma en todas las estaciones.
Un muchacho en sus primeros amores
no es otra cosa que la fecundidad del mundo.
Y el mundo llega con él: aparece y desaparece,
como una forma que cambia; quedan intactas todas las cosas,
y tú podrás recorrer media ciudad, no lo encontrarás más;
el acto se ha cumplido; la repetición es un rito. De donde
la soledad es todavía más grande si una multitud
espera su turno: crece en efecto el número de desapariciones -el 
irse es huir- y lo siguiente incube al presente
como un deber, un sacrificio al deseo de muerte.
Envejeciendo, sin embargo, el cansancio comienza a sentirse,
en especial en el momento en que apenas ha pasado la hora de la 
cena:
para ti no ha cambiado nada; entonces, por poco no gritas o lloras;
y eso sería enorme si no fuese, precisamente, sólo cansancio,
y quizá un poco de hambre. Enorme, porque querría decir
que tu deseo de soledad no podría ser jamás saciado,
y entonces ¿qué te espera, si lo que no es considerado soledad
es soledad verdadera, aquella que no puedes aceptar?
No hay cena o almuerzo o satisfacción en el mundo
que valga una caminata sin fin por las calles pobres
donde hay que ser desgraciados y fuertes, hermanos de los perros.

Pier Paolo Pasolini, Bolonia, 1922- Ostia, 1975
de Transhumanar y organizar
en Nada Personal, Poesía política de Pier Paolo Pasolini, Selección, versiones, prólogo y notas de Jorge Aulicino, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2016

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yo te recuerdo, narciso



Il nini muàrt
Sera imbarlumida, tal fossàl
a cres l’aga, na fèmina plena
a ciamina pal ciamp.
Jo ti recuardi, Narcís, ti vèvis il colòur
da la sera, quand li ciampanis
a súnin di muàrt.

Pier Paolo Pasolini, Bolonia, 1922- Ostia, 1975
Composición lírica en fruilano incluida en Poesías a Casarsa
en Pasiones heréticas, Cuenco del Plata, Buenos Aires, 2012, Selección, traducción y notas de Diego Bentivegna
imagen de Salvador Dalí © , Metamorfosis de Narciso, en ReprodArt

El niño muerto
Oh noche, en el foso
crece el agua, una mujer encinta
camina por el campo.

Yo te recuerdo, Narciso, tú tenías el color
de la noche, cuando las campanas
suenan con sonido de muerte.

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